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Dicen que la competencia es buena pues hace que los negocios ofrezcan mejores productos, pero, que pasa cuando no existe competencia y los comerciantes abusan
En la plaza comercial hay un local de botanas que vende churros rellenos, llevan allí años. Una vez hace mucho tiempo, compramos unos churros en ese lugar, la persona que nos atendió lo hizo súper lento y de muy mala actitud; jamás volvimos a comprar allí.
Hace 3 semanas llegó la franquicia BigChurro, con su gran variedad de sabores y combos, todo un éxito, larguísima la espera para un BigChurro. Hoy el viejo puesto de churros puso más luces, renovó sus letreros, tiene nuevas ofertas y busca otro empleado.
Dicen que la competencia es buena pues hace que los negocios ofrezcan mejores productos y servicios a sus clientes. Para aquella vieja tienda mal iluminada y pésimamente atendida la llegada de la franquicia significó un golpe a su conformismo, que, por fortuna para los clientes, está intentando «no quedarse atrás» y “mejorar” su servicio.
Sin embargo, ¿cuántas veces no ha pasado que hemos entrado un negocio local mal atendido, empleados déspotas o el mismo dueño mal encarado?. Si, de esos negocios que tantas voces defienden diciendo “apoya a los comerciantes locales”. Y ¿cuantas veces no hemos tenido que soportar el mal trato del comerciante porqué no hay otra opción? Es lo que hay ni «ni modo».
Aún cuando está claro que ni todas las franquicias son “lo mejor” que hay en el mercado; empero que ni todos los comerciantes locales son “lo peor”. Que lo mismo las franquicias abusan del empleado como los comerciantes locales de los precios. Desgraciadamente, muchas veces, los comerciantes locales tienen que “sentir” el peso de la competencia para mejorar su servicios, pero muchas veces no lo hacen. Es decir, a pesar de la proliferación de OXXOs aún nos topamos con tienditas donde el tendero te trata mal, te quiere dar todo más caro; los artículos están polvosos o el lugar sucio.
El viejo local en la plaza aprendió su lección, y la moda del churro ya atrajo a vendedores ambulantes. Pero, ¿y los otros comerciantes locales déspotas y groseros, cuando? Más aún ¿por qué necesitamos sentir el peso de la competencia para ser mejores? ¿Acaso la superación no debería ser una constante en nuestras vidas? ¿por qué esperar a que llegue la competencia para ser mejores?
Como músicos emprendedores vivimos en un cicló constante de mejora. Como Youtubers y bloggers no podemos darnos el lujo de «dormirnos en nuestros laureles». Si dejamos de crear los canales de youtube se caen. Si no damos mantenimiento a las páginas, desaparecemos de Google. La competencia para nosotros, somos nosotros mismos. Debemos de trabajar en mejorar y pulir lo que hacemos. Aprender de los errores, repetir los aciertos.
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